Resumen
de las conclusiones de los dos artículos que sobre este tema he publicado en
Cuadernos de BDSM 23 y 25
- Antes de la Guerra Civil de 1936-39 ya existía en España una cultura del sadomasoquismo como placer erótico suficientemente consolidada, en gran parte gracias a la literatura erótica.
- El “momentum” de la temática sadomasoquista se sitúa a lo largo de los años 20 –incluso a pesar de la dictadura de Primo de Rivera- y muy especialmente en los tiempos de la Segunda República.
- Entre las prácticas SM que hemos registrado predomina claramente la flagelación erótica, al igual que en el resto de Europa.
- En la literatura erótica española es mayoritaria la valoración negativa de las prácticas sadomasoquistas y su condena, apoyada en argumentos morales o supuestamente científicos. Solo la literatura más decantada hacia la pornografía ahorra este tipo de valoraciones.
- El rostro del Marqués de Sade que asoma en la literatura erótica española anterior a la Guerra Civil es mayoritariamente el del aristócrata degenerado.
- El rostro del Sade más transgresor y de gran potencial subversivo, capaz de poner en cuestión la moral cristiana y el orden burgués, o sea, el Sade que será reivindicado por los movimientos de vanguardia y muy especialmente por los surrealistas, apenas se deja ver en nuestra literatura erótica.
- La noción de pecado y el sentimiento de culpa respecto de la sexualidad están presentes en gran parte de la literatura erótica española, incluyendo la de temática SM.
- En las obras que hemos comentado, los finales trágicos son mayoría y en general transmiten la idea de que la sexualidad entendida como mera búsqueda del placer, incluyendo el placer SM, tiende a acabar fatal y es de naturaleza enfermiza.
- Entre las obras de literatura erótica más sobresalientes en cuanto a temática sadomasoquista debidas a autores españoles destacan Azote viene y vaina va, de autor desconocido; El octavo pecado capital de Álvaro Retana; El látigo en la carne de Ignacio Rodríguez Grahit; Doña Juana, Juanita y Juanón de Víctor Ripalda-J. Sanxo o La amazona de Emilio Carrere y La cortesana de las cruces/El más espantoso amor del mismo Carrere.
- A estos títulos podrían añadirse otros como La esclava del placer de Juan del Sarto; La domadora de machos de Juan Caballero Soriano; o Besos de fuego, del Conde de Tiro, y unos pocos más.
- En conjunto, la literatura erótica española de temática sadomasoquista es más escasa que la producción literaria francesa, inglesa o alemana, que mediante las traducciones aportaron las grandes obras de referencia, los clásicos del género (destacando entre las obras traducidas antes de la Guerra, La venus de las pieles de Sacher-Masoch; Memorias secretas de una cantante alemana de Wilhelmine Schröder-Devrient; Fanny Hill de John Cleland; El Jardín de los suplicios de Octave Mirbeau; Gamiani, de Alfred de Musset o La mujer y el muñeco, de Pierre Louÿs).
- El análisis de Memorias de una masoquista de V. Ubertzetzer nos ha revelado el fenómeno de la traducción encubierta. Haz clic aqui para ver la entrada que dediqué a Memorias de una masoquista.
- Por otra parte, el fenómeno del sadomasoquismo insinuado (es decir obras con títulos como Humo, dolor, placer; El placer de sufrir; La domadora; Latigazos etc. pero cuyo contenido nada tiene que ver con el sadomasoquismo) denota como el SM estaba perfectamente instalado en el imaginario erótico español de antes de la Guerra Civil.
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