La versión que os
ofrezco incluye los comentarios y los cambios sobre el redactado inicial que se
van incorporando a lo largo de la negociación (se destacan en cursiva).
Como es bastante
extenso, lo publicaré subdividido en cuatro partes. Primero, este comentario.
Luego, el contrato propiamente dicho (partes 2 y 3) y por último, en una cuarta
entrada, los apéndices.
Comentario:
Como todos los
contratos BDSM, este no tiene ningún valor legal, y así se remarca en varias
ocasiones (por ejemplo, en la página 234).
Sí que parece tener
valor legal, en cambio, el acuerdo de
confidencialidad que Anastasia firma sin haberlo leído (página 112) y que a
pesar de ello se esfuerza por cumplir y respetar a lo largo de toda la historia.
Es una lástima que no
se explicite más el contenido de este acuerdo de confidencialidad, porque
merecería la pena disponer de algún ejemplo.
El contrato se plantea
como un contrato de prestación de servicios (cláusula 15) y se ajusta
perfectamente a los principios básicos del BDSM: sensato, seguro y consensuado,
SSC. En este sentido, la narración refleja un largo proceso de negociación
entre Amo y sumisa (páginas 223-224 y todo el capítulo 13) e insiste bastante
en el tema de los límites (ver sobre todo los apéndices 2 y 3 y las páginas
275-280) así como sobre las cuestiones relativas a higiene y seguridad (ver
páginas 525-526), incluidas las palabras de seguridad (cláusulas 18, 19 y 20).
A lo largo de la
negociación se van produciendo comentarios, cambios y modificaciones que he procurado
incorporar a esta versión que ahora os ofrezco (destacándolos en cursiva) para
hacerla lo más completa posible.
Bastante falaz parece
el objetivo fundamental del contrato expresado inicialmente (cláusula 2): “permitir
que la Sumisa explore su sensualidad y sus límites de forma segura”. Anastasia,
chica lista, no traga (página 223: “no tengo nada claro que sea exclusivamente
en MI beneficio… Seguramente es para TU beneficio”) y se da a entender que Christian
propondrá una nueva redacción (página 237).
Particularidades
significativas de este contrato son la duración corta del mismo (tres meses) y la
limitación de la disponibilidad de la sumisa a los fines de semana, de viernes
a domingo (cláusulas 11 y 12).
Llaman asimismo la
atención algunas cosas que aparecen en el apéndice 1 como el control de las
horas de sueño, de la comida o de la ropa, así como lo de proporcionar a la
sumisa un entrenador personal. Algunas de estas cosas, al final, son cambiadas.
A notar, asimismo, la
distinción entre límites infranqueables y límites tolerables (apéndices 2 y 3).
Os sugiero que
comparéis este contrato con otros ejemplos que he ido recogiendo y que
encontraréis siguiendo, en este mismo blog, la etiqueta contratos / contracts.
WhipMaster
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