“Christian se mueve, sin detener los movimientos de su
mano dentro y fuera de mí, y de repente oigo un zumbido suave.
-¿Qué es…? Pregunto casi sin aliento
-Chis… –me dice para que me calle…
Esto es una varita, nena. Vibra.
Me la apoya en el pecho y noto un objeto con forma de
bola que vibra contra mi piel. Me estremezco cuando empieza a bajar por mi
cuerpo y entre mis pechos y a desplazarla para que entre en contacto con uno y
después con el otro pezón. Me embargan un cúmulo de sensaciones: siento cosquillas
por todo el cuerpo y el cerebro en llamas cuando una necesidad oscura, muy
oscura, se concentra en el fondo de mi vientre.” (página 279 de 50SL)
“Me da unos besos suaves y húmedos en el hombro y saca sus dedos de mi a la vez que va bajando la varita. El juguete se desliza por mi estómago, mi vientre y mi sexo hasta tocarme el clítoris. Joder, esto es tan intenso…
Aprieta la varita contra mí una y otra vez, parando
justo en el momento álgido cada vez. ¡Ah!” (página 280 de 50SL)
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