Incerta glòria (traducida como Incierta gloria), de Joan Sales, la gran
novela sobre la Guerra Civil española recientemente llevada al cine por Agustí
Villaronga, contiene varias referencias a una novela erótica, Los
cuernos de Roldán, que resulta ser el libro de cabecera de uno de los
protagonistas, Soleràs.
En un
pasaje de Incerta glòria, Soleràs afirma
que la Divina comedia es el libro que
ha leído más a gusto después de Los
cuernos de Roldán. (p. 204). Varias veces se da a entender que se trata un
libro extraordinariamente popular, tanto que entre los soldados de la brigada
no hay apenas ninguno que no lo conozca. Incluso alguno se lo sabe de memoria
(p. 29, 30, 40 y 161).
Por
las referencias que se dan queda claro que Los
cuernos de Roldán es una novela pornográfica, ilustrada y con una portada
bien explícita (p. 30). Uno de aquellos “libros en rústica, poco gruesos” que
el teniente-capitán Picó requisaba a los soldados para, según él, velar por su integridad
moral (p. 428).
Los cuernos de Roldán consta de quince capítulos.
Estas son las pistas que se dan sobre su contenido, bastante generosas y
precisas: “¡Qué gran libro Los cuernos de
Roldán! A la tercera página ya han hecho cornudo al protagonista… Y cuando
se llega al capítulo seis, titulado Duda
atroz, el lío se ha hecho ya tan inenarrable que el propio Roldán exclama:
«¡No me cabe duda, voto a Júpiter! ¡Me he cornificado a mí mismo!». Porque
tiene usted que saber, señora Picó, que la mujer que él creía que era del otro,
resulta que es la suya: dramas de familia muy largos de contar. El desventurado
Roldán se había casado por poderes, ¿sabe usted?, sin haber visto nunca a la
chica con la que se casaba; ignoraba que era una chica despampanante, de ésas
que tumban de espaldas. Todo hay que decirlo, la novela no da descripciones de
paisajes, pero lo que es de la susodicha dama… mmm… cada descripción… sobre
todo hay un capítulo… el de la chica que se está vistiendo, literatura de la
buena, palabra ¡No se olvida ni un detalle! Claro que, como dramático, el
capítulo once, aquel que se titula Lobos
con lobos… ¡se muerden! Allí es donde el galimatías que se han armado las
dos familias a fuerza de ponerse cuernos los unos a los otros llega a ser tan
espeluznante que el infeliz Roldán, levantando las manos y los ojos al cielo,
estalla: «¿Habranse visto jamás cuernos tamaños que los míos?»…. En el capítulo
quince, Tratado de paz en Cornualles,
que es el final, Roldán aparece ya más resignado y comenta en el banquete que
dan todos juntos para celebrarlo: «¡Qué lío, voto a tal, qué lío! Iba camino de
convertirme en mi propio suegro o cuando menos en mi propio cuñado, ¡Ni
Sherlock Holmes que resucitara hubiera sacado el hilo de semejante ovillo!» (p. 462-463).
Las
referencias a Los cuernos de Roldán a
lo largo de Incerta glòria son
extraordinariamente precisas, hasta el punto de mencionar, como se ha visto, el
título de varios de sus capítulos. Por otra parte, el título de la obra encaja perfectamente
con el doble sentido habitual entre los títulos de tantas novelas eróticas españolas.
Como es evidente, juega con la referencia al famoso olifante o cuerno de Roldán,
el de la canción de gesta. El que también se menciona en El Quijote. Pero a pesar de la abundancia de referencias y de la
precisión de los detalles que se aportan, no hay constancia de la existencia real
de Los cuernos de Roldan. Por ahora,
aunque creo muy posible que algún día pueda confirmarse.
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