Ultima actualización: 31 agosto 2015

Arte BDSM / BDSM Art: Fernando, ilustraciones de Master of O.

Ilustraciones de Fernando para la novela Master of O, de Ernest Greene (2015). Fernando es un conocido ilustrador de novelas gráficas y cómics BDSM tales como Confiscated Twins, Cheerleaders, Total Control o Dark Vengeance. Recientemente también ha publicado una antología de su obra: The art of Fernando.

fernando master of o bdsm fetish bondage illustrator

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Ultima actualización: 29 agosto 2015

BDSM & fotografia / BDSM & photography: El último libro de Peter W. Czernich

El fotógrafo alemán Peter W. Czernich (n. 1953) es uno de los grandes maestros de la fotografía fetish. Sus obras han sido uno de los puntales de revistas de referencia tales como Skin Two (edición en alemán) o Marquis. También se recogen en diversos libros, el último de los cuales es Erotic fantasies (Edition Reuss, 2015). Látex, tacones altos, corsés, dóminas, panties, etc. protagonizan las 112 páginas de este libro en las que también se reconocen algunas de las modelos fetish más conocidas, como Masuimi Max o Susan Wayland.

peter w czernich erotic fantasies book fetish latex
German photographer Peter W. Czernich (b. 1953) is counted among the great masters of fetish photography. His works have been a mainstay for magazines like Skin Two (german edition) or Marquis. They are also collected in several books. The most recent is Erotic fantasies (Edition Reuss, 2015). Latex, high heels, corsets, dominas, panties or stockings star along its 112 pages, where also outstand famous fetish models such as Masuimi Max or Susan Wayland.

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Ultima actualización: 19 agosto 2015

El elogio que Víctor Ripalda dedica al Marqués de Sade en Doña Juana, Juanita y Juanón

Último comentario sobre Doña Juana, Juanita y Juanón, de Víctor Ripalda (seudónimo de Joan Sanxo Farrerons), una novela erótica con contenido sadomasoquista publicada hacia 1930, a la que ya he dedicado varias entradas: una sobre su trama, otra sobre la mazmorra de la protagonista y otra sobre la indumentaria de cuero de Doña Juana (enlaces al final)

Destacaré ahora el elogio que el autor dedica al Marqués de Sade, ya que no es habitual. Lo habitual en la novela erótica española de la época es presentar a Sade como un aristócrata degenerado y a sus seguidores como gente enferma.

Por su elogio al “inmenso” Marqués de Sade, Víctor Ripalda (o sea, Joan Sanxo Farrerons) se aproxima en cambio a la reivindicación vanguardista de Sade, utilizada para poner en cuestión el orden y la moral burguesas. Obviamente, esto tiene mucho que ver con la ideología libertaria del autor.

victor ripalda sanxo farrerons doña juana prim cuero bdsm

“Dijo el inmenso Marqués de Sade, y dijo ciertamente muy bien, que la virtud que menos aprecia el hombre en una mujer, es la de su sexo. Eso, que parece una vulgaridad, podría ser piedra angular de una escuela filosófica. En efecto: el hombre habla mucho, habla continuamente de la virtud sexual de la mujer, y la coloca en la cima de sus preocupaciones éticas y morales. “¡La mujer debe ser honesta, recatada, virtuosa!” exclama en todo momento… Y alrededor de esta entelequia establece una moral, cimienta una civilización, trenza unas leyes y unas normas que afiancen la vida de relación y sean el pétreo fundamento de la familia, para luego pasarse la existencia buscando cerebralmente los medios de hacer caer a la mujer, de apartarla del camino de la virtud y convertirla en sujeto exclusivo de su concupiscencia sexual” (p. 58).

 “¡Los hombres no deben ser esclavos de sus pasiones! Impreca sentencioso el comerciante que ha sorprendido al aprendiz mirando furtivamente las pantorrillas de la mecanógrafa. Pero la mecanógrafa ha de ahogar una diabólica carcajada porque no ignora que el comerciante la obliga muchas noches a quedarse sola con él” (p. 59).
WhipMaster




Ultima actualización: 15 agosto 2015

La indumentaria de cuero de doña Juana como Dominatrix en Doña Juana, Juanita y Juanón, de Víctor Ripalda

Continuación del comentario sobre Doña Juana, Juanita y Juanón, de Víctor Ripalda (seudónimo de Joan Sanxo Farrerons) una novela erótica con contenido sadomasoquista publicada hacia 1930.

A la interesante descripción de la mazmorra y su equipamiento que vimos en la entrada anterior hay que añadir otro aspecto de gran interés contenido en Doña Juana, Juanita y Juanón. Nos referimos a la indumentaria de Doña Juana como dominante, inspirada en la de las amazonas y las ecuyères circenses. Aunque la dómina no aparece, todavía, completamente enfundada en cuero negro, como acabará siendo habitual en la escena sadomasoquista, las descripciones ya ponen de manifiesto que se trata de una indumentaria ad hoc y destacan el protagonismo del cuero charolado.

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“Doña Juana quitóse la falda de montar, desabrochó un par de botones de su corpiño e hizo saltar sus mamas por el descote, conservando el sombrero de media copa. Desde la cintura hacia abajo no quedaban en su cuerpo más prendas que el diminuto camisón de seda que no llegaba a cubrirle más de medio vientre, las medias doradas y las charoladas botas de montar” (p. 195).

“Estaba imponente Doña Juana con su extraño indumento. Con las tetas colgantes fuera del corpiño, con el charolado sombrero, las relucientes botas, los muslos desnudos y el culo casi por completo al descubierto, producía la sensación de un domador de circo” (p. 200).

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En otra entrada de este blog he comentado como el arquetipo de la Dominatrix sadomasoquista, completamente enfundada en cuero negro, se define en París hacia los años 20-30 del siglo XX y tiene, entre sus más directas fuentes de inspiración, el mundo de las amazonas y el circo. Es lo que refleja claramente esta descripción de la indumentaria de cuero de Doña Juana.
WhipMaster

Continuará…






Ultima actualización: 11 agosto 2015

La mazmorra del burdel de doña Juana descrita por Víctor Ripalda

Continuación del comentario sobre Doña Juana, Juanita y Juanón, de Víctor Ripalda (seudónimo de Joan Sanxo Farrerons) una novela erótica con contenido sadomasoquista publicada hacia 1930.

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Merece destacarse la descripción de la mazmorra del burdel de Doña Juana, perfectamente equipada: “pesados arcos formaban a manera de hornacinas o templetes alrededor de la nave central. En cada uno de esos templetes había un gran tonel o un instrumento de tortura, todo ello procedente de la época feudal. Doña Juana halló en aquella bodega ocasión para enardecer sus ya exhaustos apetitos sexuales. Con ligeras modificaciones logró que muchos de los instrumentos de tortura se transformaran en elementos de placer. Uno de ellos era el doble punzón con el que se apretaban antiguamente las sienes de los condenados. Ella hizo ensanchar la argolla que antes rodeaba la cabeza de los reos a medida de su cuerpo, trocó los punzones en dos falos de goma y de esta suerte, colocándose el cinturón y apretando un resorte, los dos falos actuaban en vaivén metiéndosele por entre las nalgas y los muslos hasta producirle el espasmo."

"Otro de los elementos de placer por ella preferidos era el de la araña y el ratón. Consistía este en un cepo formado por dos gruesas vigas sobre las que se tendía y ataba al condenado con las piernas separadas y dejando colgantes en el vacío sus atributos sexuales. A los pies del cepo levantábase una especie de trono en el que había hasta media docena de ricas poltronas frailunas enfrentadas al reo amarrado al cepo. Desde el techo pendía una cuerda que subía y bajaba a voluntad de alguno de los que debían sentarse en las poltronas y en su extremo inferior movíase una especie de araña muy pesada y luminosa con innúmeras patas que no eran otra cosa que afiladísimos alfileres. Esta araña venía a caer precisamente sobre el sexo del martirizado tendido en el cepo. Desde el suelo y levantando una trapa de movimiento mecánico que se movilizaba también desde las poltronas, ascendía una jaula en la que oportunamente se habían metido diez o doce ratoncitos a los que no se daba de comer durante un par de días. Al ascender la jaula, iba a encajarse por un hueco que el enrejado formaba con los atributos sexuales del paciente, de antemano engrasados con una materia muy sabrosa que engolosinaba a los ratoncitos. Estos, que apenas podían asomar el hocico por los intersticios de los alambres, atraídos por el olor de la grasa, querían devorarla, con lo que producían en las partes sexuales del reo una intensa sensación de placer que se traducía en la inmediata erección del falo; este, al ponerse erecto, iba a tropezarse con los afiladísimos alfileres de la movediza araña y se hundían en el glande del desaventurado con gran regocijo de los infames espectadores sentados en las poltronas… No fue tan cruel Doña Juana como sus antecesores al echar mano de tal suplicio para dar satisfacción a sus lucubraciones sexuales. Conservó el juego de los ratoncitos que ningún daño causaban al paciente pero procuró que las patas de la araña, en vez de penetrar en la carne, se limitaran a producir leves rasguños, naturalmente, dolorosos, pero únicamente de efectos momentáneos” (p. 196-199).
WhipMaster

Continuará…





Ultima actualización: 08 agosto 2015

Literatura erótica & sado: Doña Juana, Juanita y Juanón, de Víctor Ripalda

Como continuación de las entradas que he dedicado a Joan Sanxo Farrerons y sus alters Laura Brunet y Víctor Ripalda, reproduzco a continuación una parte del comentario que dediqué a Doña Juana, Juanita y Juanón, de Víctor Ripalda, en el artículo sobre el sadomasoquismo en la literatura erótica española de principios del siglo XX publicado en el número 25 de Cuadernos de BDSM (haz clic aquí mismo para descargarte este artículo)

Seguirán otras entradas sobre el mismo tema.

Referencia del libro:
Víctor RIPALDA (seudónimo de Joan Sanxo Farrerons): Doña Juana, Juanita y Juanón. s.l. s.d. [hacia 1930] [colección Biblioteca Fauno]. Ilustraciones de Prim.

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Doña Juana, Juanita y Juanón es una novela erótica de de Víctor Ripalda, publicada hacia 1930, que contiene una larga retahíla de episodios sexuales y una proporción bastante elevada de prácticas sexuales alternativas, incluyendo algunas relacionadas con el sadomasoquismo.

Doña Juana, Juanita y Juanón es una pieza descarada e intencionadamente pornográfica, sin otra pretensión que exaltar jocosamente el disfrute de la sexualidad, entrando en detalles y ofreciendo un vocabulario erótico que sobresale por su riqueza. Otro factor que corrobora la importancia de J. Sanxo dentro de nuestra literatura erótica.

Doña Juana, Juanita y Juanón es una novela escrita con gracia, sin tapujos y sin final con moraleja, a diferencia de muchas otras novelas eróticas españolas de la misma época. La protagonista principal es Juanita, una muchacha joven, de carácter fuerte, y ávida de experiencias que en un momento dado afirma clara y directamente “a mí me gustan las barbaridades” (p. 15). Entre estas se cuentan varios juegos en un establo y, finalmente, el más completo desmadre: “y ya desde aquel día Juanita no cesó un momento en el camino del placer. Mozos, chófers, amigos, novios. Nadie llamaba inútilmente a las puertas de la dicha sin ver colmados sus deseos. Y cuando no eran ellos los que llamaban, entonces era Juanita la que se decidía y si el nuevo flirt le gustaba se levantaba sencillamente las faldas y abría las puertas de par en par para que fuera pasando el nuevo huésped” (p. 75-76).

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Más adelante, ya madura y convertida en Doña Juana, se instala en una ciudad de provincias donde monta un burdel en un antiguo castillo. Allí cuenta con la colaboración de Ramoneta, la “Panderos” y Juanón, una especie de Quasimodo extraordinariamente bien dotado: “deseosa de saber de una vez cómo y cuando acababa “aquello”, hizo descender las mallas hasta las rodillas y hubo de extrangular un grito de estupor al ver ante sus ojos la terrible tranca de Juanón que, sin muestra de excitación alguna, pendía entre sus muslos y se balanceaba como el badajo de una campana. En su vida había visto Doña Juana cosa parecida. Casi se asustó” (p. 107).

Doña Juana, que desde el principio es definida como una mujer de carácter dominante trata a Juanón como a su esclavo sexual. Le asigna el rol de perro, lo tiene encadenado y lo azota a menudo con el látigo.

“Vas a ser mi chucho –continuó la señora- y no me has de abandonar un solo momento… Doña Juana tomó un dulce y se lo echó exactamente como si lo echara a un perro. Juanón, persuadido ya de su papel, dejóse caer de bruces contra el pavimento y tomó el dulce con la boca” (p. 100).

“Muy bien, chucho, muy bien –aprobó ella dándole unos golpecitos en la mejilla. –Veo que sabes cumplir exactamente mis órdenes” (p.141).

“Juanón daba enormes tirones a la cadena que le tenía sujeto como un perro” (p. 163).

“Doña Juana apartó con un pie al lisiado, tomó el látigo de manos de la “Panderos”, púsose en pie y ordenó al idiota:
-¡Pasa a la bodega!
Los ojos de Juanón llenáronse de temor al escucharla y echándose de bruces comenzó a besar los pies de su ama” (p. 193).

Los preparativos de una representación de Don Juan Tenorio que se llevan a cabo en el burdel de Doña Juana propician un gran número de juegos sexuales. Paralelamente, Juanón da pie a varios juegos de tipo sadomasoquista. De hecho, todo el tramo final de esta novela describe una sesión en la que Juana actúa como Ama dominante, Ramoneta y la “Panderos” como sus doncellas y Juanón como sumiso.

WhipMaster


Continuará…