Tras
los comentarios que hemos dedicado a los libros de Antonio San de Velilla, Ángel Martín de Lucenay, Arturo Sallarés o Léo Taxil, cada uno de ellos
estudiando o divulgando aspectos del sadomasoquismo y reflejando conjuntamente
el interés que el tema despertó a lo largo de las primeras décadas del siglo
XX, vamos a centrarnos ahora en otro autor destacado de aquella época.
Nos
referimos a un tal E. Taimrens Drangs, muy posiblemente un
seudónimo.
A
principios del siglo XX, Taimrens Drangs era el responsable de
una colección de libros de divulgación sobre temas sexuales denominada
“Colección científica. Singularidades fisiológicas y pasionales”. Como esta
misma denominación da a entender, los libros de esta colección se ocupaban de
aquellos aspectos de la sexualidad que más morbos despiertan.
La locura
erótica, Los secretos de la voluptuosidad, La prostitución en España,
Fisiología del vicio, Amor contra natura, El placer solitario, La prostitución
religiosa (el misticismo erótico) o
Satanismo son algunos de los títulos de esta colección.
Fijaremos nuestra atención en el volumen 11 de la
“Colección científica. Singularidades fisiológicas y pasionales”: La locura erótica.
Referencia del libro:
E. TAIMRENS DRANGS: La
locura erótica. Barcelona: Pedro Toll, 1908 [Colección científica.
Singularidades fisiológicas y pasionales, 11].
En la portada encontramos la imagen de una mujer
encadenada a una roca, evocando a Andrómeda.
El texto empieza
definiendo lo que es la pasión para describir, a continuación, apoyándose en
abundantes citas, las pasiones amorosas: desde las más comunes, como los celos
o el “amor contrariado” hasta la satiriasis o la ninfomanía, para culminar
refiriéndose a los “crímenes de la lujuria” entre los cuales se incluyen el
sadismo, la pederastia y otros “extravíos de la lujuria” tales como la
flagelación erótica.
Refiriéndose al
sadismo, denominación que apenas utiliza, Taimrens Drangs se recrea narrando
los vesánicos crímenes de Gilles de Rais y remite a otro volumen de la misma “Colección
científica. Singularidades fisiológicas y pasionales”, dedicado a Los secretos de la voluptuosidad. Todavía
no hemos podido consultarlo pero al parecer en él también se habla de sadismo y
masoquismo. Queda anotado.
En cuanto a la
flagelación erótica, Taimrens Drangs se basa en Krafft-Ebing y transcribe un
testimonio recogido por este: “la flagelación está tan extendida que cada
prostituta está provista de los útiles necesarios para ello. Un gran número de
hombres se someten a las torturas más refinadas con las prostitutas
adiestradas. La comedia que ejecutan siempre es la misma: el hombre se
prosterna humildemente y enseguida comienzan los puntapiés, órdenes imperiosas,
injurias aprendidas de memoria, golpes sobre diversas partes del cuerpo y toda
clase de tormentos, pinchazos de alfiler, etc. La escena termina a veces con el
coito. A veces el hombre perverso exige que la mujer le ate el pene para
causarle dolor, que le pinche con un cortaplumas o que le golpee con varitas” (p.
94-95).
Esta observación de
Taimrens Drangs concuerda con lo que también observaron Léo Taxil y Antonio San de Velilla. Precisamente, San de Velilla adopta el mismo título La locura erótica para uno de los
volúmenes de la “Biblioteca de educación sexual”.
Remito a los
trabajos sobre el sadomasoquismo en la literatura erótica española de principios del siglo XX que he publicado en la revista digital Cuadernos de BDSM para una visión
contextualizada de esta obra de Taimrens Drangs.
Por último, quiero
expresar mi agradecimiento al infatigable Galderich por haberme
llamado la atención sobre este libro.
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