Ultima actualización: 31 julio 2023

Arte BDSM en la exposición Sade de Barcelona

 La exposición Sade. La libertad o el mal presentada en el CCCB de Barcelona, a la que ya hemos dedicado un primer comentario (clic aquí para leerlo) apoya su discurso conceptual en creaciones artísticas, con lo que la componente estética del mismo resulta acentuada.

Al reto de ilustrar un discurso expositivo sobre Sade también se enfrentó, hace no muchos años (era en 2014), la exposición Sade, attaquer le soleil celebrada en París, con resultados sensiblemente diferentes al de esta exposición de Barcelona. Aquí hay mucho más arte BDSM del que hubo en París, entre otras razones porque la exposición de Paris se focalizaba en el arte del siglo XIX.

Para el autor de este blog resulta gratificante encontrar en la expo de Barcelona obras y autores que ya han sido comentados y mencionados aquí, en la medida que tratamos de dibujar y aún comprender el entorno cultural del BDSM, con una perspectiva lo más amplia posible.

Es igualmente estimulante descubrir cosas nuevas y, bueno, también hay que reseñar la ausencia de ítems que a mi juicio habrían permitido afinar y enriquecer el discurso expositivo.

Paul Chan: Sade for Sade's Sake (2009)

Entre los reencuentros, me hizo especialmente feliz poder ver, apenas entrar, Sade for Sade’s Sake de Paul Chan (2009), un gran mural comentado aquí, en el BdeWM, ya en el año 2016.

En cuanto a la reivindicación surrealista de Sade, contrapuesto por el grupo de André Breton al orden y la moral burguesas, se reúnen piezas de artistas tales como Salvador Dalí, Luís Buñuel, Roberto Matta, André Masson, Man Ray, Hans Bellmer o Leonor Fini, entre otros.

Para mí son fundamentales Leonor Fini y Hans Bellmer, porque suponen el enlace entre la reivindicación surrealista de Sade y su resurgimiento en la segunda mitad del siglo XX mediante Historia de O.

Sin olvidar el poderoso influjo de La historia del ojo de Georges Bataille, de la que se exponen dos ediciones ilustradas, una de 1928 (André Masson) y otra de 1940 (Hans Bellmer)

De Man Ray me sorprendió la ausencia de menciones a las fotografías relacionadas con los experimentos de William Seabrook , de fuerte contenido SM

Ha sido novedad poder ver obras, para mi desconocidas, de Marie Vassilieff y Toyen (seudónimo de Marie Cerminova).

Marie Vassilieff Escena de flagelación erótica (c. 1930-35)


Toyen (Marie Cerminova) Ataduras
Ilustración para Heptameron (1932) 

Fini, Vassilieff, Toyen y otras muchas creadoras representadas en esta exposición. Sin duda, la mirada femenina sobre Sade reclama una atención especial.

El apartado "Pasiones perversas" de la exposición se refiere a la inserción de Sade en la cultura de masas de la segunda mitad del siglo XX, en paralelo al avance de la libertad sexual.

Ahí es donde predominan las obras de inspiración BDSM y donde se encuentra la que escogería como pieza estrella de la exposición: la instalación Pandora’s box, de Susan Meiselas (1995). Habrá comentario aparte dedicado a ella. 

Comic: se destaca la Valentina de Guido Crepax y en cambio creo que habrían merecido mayor presencia expositiva la mítica Gwendoline de John Willie y el protagonismo que el comic SM tuvo en la España de la transición. En especial aquellas memorables antologías SM de Luis Vigil que desvelaron las fantasías BDSM a tantísima gente ansiosa de libertad.

Literatura: hay un cuadro con una cronología de ediciones y respuestas a Sade en el siglo XX. El contexto español apenas es tenido en cuenta y por lo que a nuestros intereses respecta creo haber puesto sobradamente de manifiesto el influjo de Sade en la literatura erótica española de antes de la guerra. Y no hay Sade más pop, entre nosotros, que el de Terenci Moix en El Sadismo de nuestra infancia (1970).

Artes escénicas: digna de aplauso es la mención a Carles Santos, a quien también reivindicamos desde el BdeWM. Por otro lado, se recuerdan las representaciones teatrales de La señora de Sade (Yukio Mishima, Teatre Lliure, 1986) pero parecen olvidarse las del Marat Sade de Peter Weiss versionado por Adolfo Marsillach, que en su momento (año 1968) causaron gran impacto en las escenas madrileña y barcelonesa.

Cine: se le concede un discreto protagonismo mediante una instalación basada en un guión de Andrés Hispano y titulada Imagination is the only truth. En ella se reconocen secuencias entremezcladas de películas sobre Sade, Historia de O, El Imperio de los Sentidos, La Secretaria, etc. (mis limitados conocimientos sobre cine no alcanzan a reconocerlas todas y tampoco hay créditos). Comentamos en este blog como, en un momento dado, cuando el auge del cine de arte y ensayo, no era raro encontrar en cartelera películas de temática SM o con alusiones al mismo. Creo que esto no queda suficientemente documentado en esta exposición.

Tiene una presencia destacada en este ámbito expositivo la Restraint Chair de Nayland Blake (1989) una pieza que he visto aquí por primera vez. Consiste en una silla Breuer de cuero negro y metal, un clásico del diseño del siglo XX, con el añadido de muñequeras y grilletes típicamente BDSM, también de cuero negro y metal. Una pieza cargada de ambigüedades y dobles sentidos que analizaremos con más detalle en otra entrada.

Richard Laillier: Bondage / Suspensión
Dibujo de la serie Noires (1996)

También se pueden ver en esta sección algunos dibujos de Richard Laillier representando ataduras. Una visión tenebrosa del bondage, cuerpos sin identidad suspendidos y torturados, que contrasta con las modelos que protagonizan las fotografías de Nobuyoshi Araki, las cuales exponen su rostro a la cámara y hasta podría decirse que su expresión es la auténtica protagonista de las fotografías.

A pesar de las lagunas detectadas, la exposición Sade. La libertad o el mal ofrece una interesante selección de piezas de inspiración BDSM, combinadas con otras que hablan de sadismo y de violencia de genero. La persona visitante debería salir de la exposición teniendo muy clara la radical diferencia entre algunas de las imágenes de Susan Meiselas en Pandora’s box, por ejemplo, que reflejan la puesta en escena BDSM, y las terroríficas escenas de tortura en la cárcel de Abu Ghraib, cruda y espantosa realidad.


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