Ultima actualización: 22 mayo 2011

10 preguntas sobre BDSM: ¿Qué riesgos implica el BDSM?

10 preguntas sobre BDSM

5- ¿Qué riesgos implica el BDSM?

A medida que una pareja se va adentrando en estas prácticas y expandiendo su fantasía aparecen algunos riesgos. Pero no hay que dramatizar. De ninguna manera se trata de riesgos inasumibles para una gran mayoría de personas y físicamente no son mayores que los que implican determinadas prácticas deportivas, por ejemplo. Son riesgos que no deben ser ignorados ni despreciados, pero que pueden prevenirse y minimizarse perfectamente si se identifican convenientemente y si se actúa con prudencia, sensatez y cautela.

Si cuando se habla de BDSM se hace énfasis en los riesgos no es tanto por la gravedad de éstos como para subrayar lo fundamental: el BDSM ha de ser seguro y debe practicarse responsablemente, con pleno conocimiento de lo que se trata y de lo que implica.

En este sentido, otra de las reglas o principios éticos fundamentales del BDSM es el llamado RAC o RACSA, acrónimo, este último, de riesgo asumido y consensuado para prácticas de sexualidad alternativa (traducción bastante libre del inglés Risk Aware Consensual Kink, acrónimo RACK, literalmente “perversión consensuada, consciente del riesgo”). El RACSA establece la obligatoriedad de conocer los riesgos que implican las diversas prácticas BDSM y de prevenirlos adecuadamente, siempre dentro del marco de una relación voluntaria y plenamente consentida.

La prevención de los riesgos es prácticamente inseparable del conocimiento de las técnicas. Es evidente que no se puede atar a una persona si no se sabe, por ejemplo, cuales son los nudos apropiados para no lesionarle o hasta donde se pueden forzar sus articulaciones. Igual que no se puede hacer una sesión de spanking desconociendo las técnicas y el manejo de los instrumentos apropiados o qué partes del cuerpo son adecuadas para recibir unos azotes con los que no se trata de hacer daño si no, insisto, estimular a la pareja y encontrar placer.

De la misma forma que ambos componentes de la pareja han de ser conscientes de los riesgos que implican sus prácticas para prevenirlos, es igualmente imprescindible, fundamental, que compartan el conocimiento de los límites respectivos y el compromiso mutuo de respetarlos. Saber hasta dónde se desea llegar para no sentirse forzado o para no encontrarse ante situaciones indeseadas. Las líneas rojas que no se desea traspasar o las cosas que se prefiere explorar con mucha cautela antes de decidir si merece la pena adentrarse en ellas para encontrar más placer.

Hay que conocer los riesgos, respetar los límites y por supuesto tomar todas las precauciones y medidas de seguridad necesarias en función de las prácticas que se vayan a llevar a cabo. Si tu pareja confía en ti y se siente segura contigo será mucho más fácil que os concentréis en lo esencial: disfrutar. Una comunicación fluída con la pareja es la mejor forma de generar este clima de confianza.

Frecuentemente el BDSM no se practica con la pareja estable si no con parejas ocasionales o en el marco de relaciones informales, incluso abiertas a terceras o cuartas personas. Esto puede ser un factor de riesgo por lo cual también es importante tomar precauciones en este sentido y profundizar tanto como sea posible en el conocimiento mutuo. Aunque esto es algo de sentido común, no está de más recordarlo.

Un riesgo al que están expuestas las personas recién llegadas al BDSM vía chats, foros, etc. es el de encontrase ante situaciones no deseadas, quizás por haber querido ir demasiado deprisa o por haber confiado en personas que no merecían esta confianza. Por desgracia la gente indeseable existe fuera y dentro del BDSM y por esta razón es importante informarse, no dejarse llevar por impulsos, no precipitarse y hablar mucho con la otra persona y a poder ser con otras de su entorno antes de entablar una relación. 

Además de riesgos físicos, el BDSM puede implicar riesgos sicológicos o emocionales si se practica en el marco de relaciones faltas de sensatez. De todos modos, los riesgos sicológicos o emocionales no derivan de las prácticas BDSM propiamente dichas si no de las personas que las llevan a cabo y de la forma como se plantee su relación. Una buena compenetración con la pareja, el sentido común, la prudencia y una actitud honesta y realista (es decir, ajustada a la realidad, no fantasiosa) son probablemente los mejores antídotos ante este tipo de riesgos.

Por último quisiera señalar que un factor de riesgo nada desdeñable para los practicantes del BDSM son los prejuicios sociales alrededor del tema. Algunas veces hemos visto como personas conocidas han sido denigradas o puestas en la picota en los medios tras haberse hecho públicas sus prácticas BDSM privadas (incluso violando su intimidad en aras del sensacionalismo).

NOTAS

Sobre el RACK, véase
Switch, Gary: “Origen sadomasoquista del RACK. RACK frente a SSC”. Cuadernos de BDSM núm. 8, julio 2009,  p. 41-42. Accesible en línea desde: 
http://cuadernosbdsm.sadomania.net/cuadernos/CBDSM8.pdf

Los riesgos sicológicos y particularmente los riesgos derivados de relaciones conflictivas y potencialmente destructivas han sido certeramente analizados desde el punto de vista de la sicología clínica por Felina en un número especial de los Cuadernos de BDSM. Véase: “El lado oscuro del BDSM: las relaciones destructivas”, Cuadernos de BDSM Especial núm. 2, abril 2011. Accesible en línea desde http://cuadernosbdsm.sadomania.net/cuadernos/CBDSMESPECIAL-02.pdf

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