Reseña de esta
novela más o menos erótica publicada en 1923 dentro de la colección La novela de hoy y reeditada tres años
después con el título cambiado. En 1926 se publicó de nuevo y entonces se titulaba
La campanera.
Su autor es Emilio
Carrere, de quien ya hemos comentado otras obras tales como La amazona, que toca la temática
sadomasoquista, y La cortesana de las cruces, en la que aparece la necrofilia. El abismo de la voluptuosidad es la historia de una mujer fatal
El abismo de la voluptuosidad es una novela corta de Emilio Carrere basada, según
se dice, en una historia verídica. Es la historia de Marta Castellá,
una auténtica mujer fatal –“terrible, cínica y viciosa” (p. 6)- capaz de
despertar pasiones que conducen directamente a la muerte. Eros y Tánatos, una
de las obsesiones del autor que también inspira otra obra suya: La cortesana de las cruces, asimismo
publicada como El más espantoso amor.
La trama: Marta
Castellá, la hija del campanero de un pequeño lugar llamado Santa Marina, se casa con
Toñuco. Ella es descrita como una mujer hermosa que “coqueteaba peligrosamente”
(p. 6) y “cultivaba ese arte tortuoso de encrespar pasiones” (p. 8). Toñuco, en
cambio, es descrito como un hombre de carácter débil.
Así que ella
“presumía que en aquella unión iba a ser el ama, la dominadora” (p. 9).
Efectivamente, una vez casados “la tiranía de la mujer comenzó. El esposo se
sometió fácilmente” (p. 15)
Enseguida, Marta se
lía con el doctor Julio Marruenda, con el que se cita a escondidas en el hostal
de Miguela “la Ratona”.
Con la intención de
alejarse de las comidillas del pequeño pueblo de Santa Marina, Marta convence a Toñuco para irse
a vivir a Madrid, a donde también va su amante. En la capital prosiguen sus
aventuras. “A Marta le gustaba el lujo y la vida de disipación” (p. 27) de
forma que la pequeña fortuna del marido se agota rápidamente. El doctor
Marruenda “llegó a ser el único sostén del matrimonio, y lentamente los amantes
se fueron olvidando del marido” el cual “soportaba su trato despótico con una
silenciosa resignación” (p. 27)
Al final los amantes planean envenenar al cornudo para deshacerse de él. El arsénico surte su
efecto y allí, con el muerto aún de cuerpo presente, los amantes lo celebran
follando: “los orgasmos se enlazaban en una cópula bárbara y demoníaca” (p.
52).
Dos años después
del crimen, el remordimiento vence a Julio Marruenda quien acude ante el juez y
lo confiesa. Llega el juicio y cuando todo el mundo espera una condena a muerte
para ambos, la pareja es absuelta. Se da a entender que la diabólica energía
seductora de Marta “princesa del infierno, emperatriz de la lujuria” (p. 61)
tuvo bastante que ver con ello. Lo cierto es que su devastadora energía provoca
hasta el suicidio del abogado que exigía su condena: “Él quería mi cabeza para
el patíbulo. A mí me ha gustado la suya para adorno de mi vanidad de mujer” (p.
60).
Referencia de esta
obra: Emilio CARRERE: El abismo de la
voluptuosidad. Madrid: Sucesores de Rivadeneyra, 1923 [colección La novela
de hoy, 49] Ilustraciones de Reyes.
A notar que Emilio
Carrere volvió a publicar El abismo de la
voluptuosidad, pero con otro título: La
campanera. Madrid: Sucesores de Rivadeneyra, 1926 [colección La novela de
hoy, 219] Ilustraciones de Carlos Masberger.
Remito a los trabajos sobre el sadomasoquismo en la literatura erótica española de principios del siglo XX que he publicado en la revista digital Cuadernos de BDSM para una visión contextualizada de esta obra
de Emilio Carrere.
Remito asimismo a
los comentarios dedicados en este blog a otras obras del mismo Emilio Carrere,
como La amazona o La cortesana de las cruces.
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